GeoTech Risk Consulting

GeoTech Risk Consulting. 05/03/2025
Por PhD(c) Miguel Lizarazo.

Tiempo de lectura: 5 minutos

Energía geotérmica en Colombia. ¿Estamos preparados para monitorear los riesgos?

Energía geotérmica en Colombia, riesgos asociados

El consumo energético tanto de la Inteligencia Artificial (IA) como de las criptomonedas tiene un impacto ambiental significativo. En el caso de la IA, los modelos basados en aprendizaje profundo, como ChatGPT, requieren el procesamiento de enormes volúmenes de datos. Por ejemplo, entrenar modelos como GPT-3 consumió aproximadamente 1,287 MWh (megavatios-hora), lo que equivale al consumo de una vivienda promedio en Colombia durante más de 1,175 años. Para poner estos números en perspectiva, un teléfono móvil tiene una potencia promedio de 15 W (vatios). Al cargarlo, suele permanecer conectado unas 2 horas para alcanzar una carga completa, lo que representa un consumo de 30 Wh (vatios-hora), es decir, 0.03 kWh.

Para suplir semejante demanda, la energía hidroeléctrica es con bastante diferencia, la más usada entre las fuentes de energía renovables. Algunos países han incrementado la producción de energías alternativas como la eólica y solar, pero siguen siendo poco significativas dentro de la canasta energética. En la región, Chile y Brasil se destacan sobre Colombia por haber ampliado su matriz energética con estas fuentes alternativas desde el año 2000. A pesar de que en 2024 en Colombia entraron en operación varios proyectos solares, entre los que se destacan Portón del Sol, El Paso, Tepuy y La Unión, según Corficolombiana, la generación de energía solar y eólica representa tan solo el 1.6% de la matriz energética.

Fuente: Our World in Data – Energia (https://ourworldindata.org/)?

Fuente: Our World in Data – Generación de energía a través de fuentes renovables en Francia, Brasil, Chile y Colombia (https://ourworldindata.org/).

A pesar de ser una fuente "renovable", incluso la energía hidroeléctrica está bajo constante presión. En Ecuador, Colombia, Perú y Panamá, la sequía atribuida al cambio climático y al fenómeno de El Niño durante 2023 y 2024 provocó la reducción del caudal de los ríos que alimentan las represas hidroeléctricas. Como consecuencia, en Colombia, se han implementado racionamientos diarios de agua. Por su parte, en Ecuador, se han cerrado represas hidroeléctricas y se han aplicado racionamientos de electricidad con apagones de hasta catorce horas al día. En este contexto, la energía geotérmica surge como una alternativa estratégica para Suramérica que está localizada privilegiadamente en el Cinturón de Fuego del Pacífico con una intensa actividad volcánica. Esto es clave para reducir la dependencia tanto de los hidrocarburos como de las hidroeléctricas.

Energía Geotérmica

La energía geotérmica, es un recurso renovable que aprovecha el calor interno de la Tierra para generar electricidad de manera constante y confiable. Este tipo de energía está activa más del 95% del año, deteniéndose únicamente por mantenimientos o eventos extraordinarios. Además de proporcionar energía eléctrica, la geotermia tiene usos directos del calor, como el aprovechamiento de los fluidos en piscinas termales, la calefacción de viviendas e invernaderos, así como en sistemas de refrigeración.

Pero, ¿qué tan cerca está Colombia de producir energía geotérmica a gran escala?

El Servicio Geológico Colombiano (SGC) ha identificado 21 áreas geotérmicas en diferentes regiones del país. En el ámbito normativo, el Ministerio de Minas y Energía expidió en 2021 la Ley 2099 para establecer las condiciones y requisitos específicos para el desarrollo de la geotermia. Sin embargo, aún no existe una planta geotérmica a gran escala en Colombia. Entre los principales prospectos se destacan el campo Apiay, en el Meta, actualmente estudiado por Ecopetrol; Paipa-Iza, en Boyacá, asociado a aguas termales; el valle de Nereidas, en Caldas, a 10 kilómetros del volcán Nevado del Ruiz; y el primer proyecto de geotermia con generación de energía eléctrica en los municipios de Maní y Aguazul, en el departamento de Casanare. Este último es particularmente relevante, ya que se convirtió en el primer proyecto con licencia para esta modalidad en el país. El proyecto está localizado en un área de 4.2 kilómetros cuadrados, donde Parex tiene actualmente un contrato de explotación de petróleo y gas.

Cerca de los volcanes, la geotermia aprovecha el intenso gradiente térmico generado por la actividad magmática. Para ello, se perforan pozos profundos hasta los reservorios sedimentarios calientes vecinos a la cámara magmática. En algunos casos, es necesario inyectar agua a alta presión para estimular el yacimiento. En Paipa, Boyacá, la actividad volcánica durante el Mioceno y el Pleistoceno dio lugar a complejos de domos que intruyen rocas sedimentarias porosas. Los afloramientos de la Formación Une, se han comportado como la principal zona de recarga, permitiendo que el agua haya circulado durante millones de años hasta los cuerpos intrusivos calientes.

El Nevado del Ruiz cuenta con cámaras magmáticas a pocos kilómetros de profundidad, lo que permite que las rocas sedimentarias circundantes contengan agua a temperaturas superiores a los 200 °C. Actualmente, la Central Hidroeléctrica de Caldas, Ecopetrol y la empresa Baker Hughes están trabajando en un proyecto geotérmico en esta zona. Cabe destacar que, en los años 90, se perforó el pozo Nereidas 1 para explorar el potencial geotérmico de la región. En la actualidad, se han identificado cinco puntos de perforación alternativos, ubicados en la vereda Pirineos.

Riesgos de la energía Geotérmica

Si bien la energía geotérmica es una fuente renovable es poco limpia, su explotación conlleva importantes riesgos ambientales y técnicos. La perforación de pozos profundos y la inyección de fluidos pueden inducir sismicidad, como se ha observado en proyectos realizados en Corea del Sur, Alemania y Suiza. Además, puede provocar la migración de metales pesados y compuestos tóxicos, como arsénico y mercurio, hacia acuíferos cercanos. Otro riesgo es la deformación del terreno, ya que la extracción continua de fluidos puede causar hundimientos o subsidencia en la superficie. Por ello, el monitoreo continuo mediante técnicas satelitales, sísmicas y geoquímicas es esencial para garantizar la sostenibilidad ambiental de estos proyectos.

Uno de los riesgos más notorios de la energía geotérmica es la sismicidad inducida. La inyección o extracción de fluidos puede generar sismos importantes, especialmente en los sistemas de geotermia mejorada, donde se fracturan las rocas. Un ejemplo destacado de sismicidad inducida ocurrió en Pohang, Corea del Sur en 2017, cuando un terremoto de magnitud 5.4 sacudió la región, causando pérdidas de varios millones de dólares. El caso de Pohang subrayó la necesidad de mejorar los protocolos de monitoreo y regulación para los proyectos de geotermia, asegurando que estas operaciones no comprometan la seguridad de las comunidades. El monitoreo de la sismicidad debe incluir la instalación de redes sismológicas locales, el uso de técnicas como la Interferometría SAR (InSAR) para medir deformaciones del terreno y la implementación de sistemas de semáforo sísmico, para decidir si continuar o detener las operaciones.

Colombia aún no produce energía geotérmica a gran escala, pero las condiciones naturales, el conocimiento geocientífico y las políticas emergentes presentan un panorama alentador. La clave estará en superar los desafíos técnicos y ambientales mediante una planificación estratégica y un compromiso claro con la sostenibilidad. Si se logra aprovechar este recurso, la energía geotérmica podría convertirse en una gran alternativa para el país.

Sin embargo, surge una pregunta fundamental: ¿la reglamentación actual alrededor de estos proyectos ha considerado adecuadamente los riesgos asociados?

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